jueves, 30 de agosto de 2012

Ilusión (2ª parte)

Tras haber escrito un post titulado "ilusión" hace algunos días, y muy en parte gracias a vuestros comentarios y experiencias personales, he decidido retomar este tema, que creo que tiene mucha miga para las novias (y para las que estéis en pleno proceso, así descansáis un poquito de ver vestidos, velos, zapatos, ramos de flores y mil detallitos más).

¿Qué es la ilusión? ¿Por qué nos gusta? La ilusión es esa mezcla de esperanza, emoción, excitación, sueños, dulzura, amor... Es una sensación que nos hace levantarnos por las mañanas con una sonrisa, hacer planes y proyectos, sentirnos frescas y entusiasmadas. Para una novia, la ilusión es sentirse guapísima, vital y enamorada. Recuerdo que, por un lado, esperaba ilusionada el día de mi boda, quería que llegase YA para vivir cuanto antes lo que tanto había pensado. Pero por otro lado, me daba pena perder ese estado de ilusión, dejar de buscar cosas por Internet, abandonar la que había sido mi afición favorita durante meses.

Porque organizar una boda al principio nos parece complicadísimo y un auténtico rollo (con la mano en el corazón, ¿quién no ha pensado alguna vez: "me voy un día a las Vegas y me caso, y adiós complicaciones"? Pero luego, una vez que tú y tu pareja os metéis en los preparativos, y las cosas van saliendo poco a poco, todo el proceso te llena de una satisfacción enorme.

Flores, regalos, lista de invitados... ¿me dejo algo?

lunes, 27 de agosto de 2012

Los últimos días de agosto

Los últimos días de calor sofocante.
Los últimos días de vacaciones, para muchos.


via

Para los papás, los últimos días con sus niños en casa.
Los últimos días en que abriremos el armario sin pensar en el otoño que viene.
Los últimos días de noches encendidas en las terrazas de verano.
Los últimos días en que los helados no son un capricho, sino una necesidad.


via

Los últimos días de rebajas.
Los últimos días de piscina.
Los últimos días en que el menú empieza por gazpacho y acaba por sandía.
Los últimos días de agosto.


By deviantonis

A pesar de que el fin de estas cosas me supone un poquito de sentimiento de pérdida, este año estoy deseando que llegue septiembre. Quizás porque mi verano ha pasado sin pena ni gloria. O porque las vacaciones fueron cortitas (las verdaderas vacaciones fueron después de la boda, allá por mayo). O porque me apetece de verdad vivir nuestra nueva casa (y no se vive más en una casa que en pleno invierno y con lluvia afuera).

Quizás también porque septiembre es una época de reencuentros con amigos y conocidos, que han pasado el verano cada uno en una parte. O porque es un mes lleno de proyectos nuevos, de ganas de hacer cosas, de definición de nuevos objetivos.

Sea como sea, intentaré aprovechar al máximo todas esas cosas que se acaban junto con el mes de agosto, aunque no me quito de la cabeza la sensación de que ha sido un verano raro, un verano indeterminado, un verano que no he acabado de encajar.

¿Y para vosotras? ¿El fin de agosto supone un cambio deseado o la vuelta a la rutina os trae por el camino de la amargura?

martes, 21 de agosto de 2012

Ilusión

Hace un año, yo era una novia ilusionada que organizaba su boda y empezó a escribir un blog.

Sabía que empecé el blog a finales de agosto del año pasado, pero lo que no recordaba bien es que antes de esto, yo había escrito mis primeras anotaciones y sueños en mi agenda de bodas, un cuadernito precioso que compré el mes de abril de ese mismo año, cuando nos prometimos.

Ahí empecé a registrar mis primeras preferencias, en cuanto a alianzas, restaurantes, vestidos, decoracción y otros accesorios. Y comencé lo que llamé "el diario de boda" para que yo y mi novio escribiéramos nuestras impresiones conforme se acercaba la fecha (la verdad que yo escribí mucho más que él, pero también tengo parte de sus pensamientos). Esas primeras palabras, ese deseo de boda que empezaba a nacer en mí, esas ganas de hacer una boda todo lo diferente posible dentro de lo convencional resumen el espíritu conque comencé este blog.

Pero antes que ese deseo se materializase, pasé tooodo el verano buceando por la red en busca de inspiración, ¡horas y horas! Para mí no cabía actividad más urgente ni más importante. De hecho, he tenido que postergar hasta ahora (hasta después de la boda) algún proyecto personal de cierta envergadura, porque aunque mi intención era empezar entonces, me vi arrollada por esta avalancha maravillosa de sentimientos y ganas de hacer cosas para construir mi boda perfecta. Y todo lo demás pasó a un segundo plano.

domingo, 19 de agosto de 2012

Realities de novias en TV

Este verano estoy enganchada a los realities, sobre todo los del canal Divinity: "Me cambio de familia", "tu estilo a juicio" y ¡los de novias!

¿Acaso alguna no sabía que hay realities de novias? Pueesss... ¡sí! ¡Y más de uno! Novias en Atlanta y novias de Bevely Hills, que yo sepa.

Yo los he descubierto este verano, ya después de casarme, y he de decir que me gustaría haberlo hecho antes, cuando estaba en esa nube rosa que supuso la boda, porque así habría alimentado (aún más) mis fantasías sobre el vestido, sobre lo que significa estar vestida de novia...



Tanto el realitiy dedicado a las novias de Atlanta (arriba, el equipo de la tienda) como el dedicado al de las novias en Beverly Hills tienen el mismo argumento: describen el camino que sigue una chica que llega a una de estas tiendas hasta que elige su vestido de novia. La chica en cuestión va a acompañada de su familiares, de sus amigas y alguna incluso ¡hasta de su prometido! (hecho que no les gusta nada a las propietarias de las tiendas). Como os podéis imaginar, el ratito que pasa la chica hasta que encuentra "su vestido" no está exento de dificultades: en algunos casos, la madre es una entrometida que quiere que su hija lleve lo que a ella le gusta y no a la hija; en otros casos, las amigas no dejan de criticar todos y cada uno de los modelitos; y en casi todos los momentos las novias pasan ratitos de duda, de indecisión y al final, si todo ha ido bien... una tremenda alegría.

Casi siempre, al acabar el programa hay un final feliz, lo que se traduce en una novia radiante, emocionada hasta las lágrimas por llevar el que será "el vestido de su boda". Las madres, amigas, compañeras, también acaban llorando. El momento parece tan precioso, tan perfecto, que alimenta esa fantasía de toda mujer de que está viviendo una de las experiencias más maravillosas de su vida.

En algunos casos, son las novias mismas las que lo dicen de este modo: "llevo toda la vida deseando vivir este momento; venir a la tienda a comprarme ni vestido de novia, y después imaginarme la cara que pondrá mi prometido cuando me vea con él".

El equipo de novias en Beverly Hills.

En fin,  son situaciones, palabras y deseos que comparten o han compartido el 90% de las lectoras de este blog. Alimentar estas fantasías o estos deseos no es en sí, malo. A mí me parece entrañable ver las caras de esas chicas que están profundamente emocionadas, que lo viven con tanta intensidad. Para mí, el momento de elegir mi vestido de novia, también fue muy excitante, a pesar de que no lloré ni lo considero (ni de lejos) el más importante de mi vida.

Pero lo que me produce cierto incomodo, cierto sentimiento de ligera repulsa, es la parte perversa que puede haber detrás de todo esto. Las novias acuden a la cita de su vestido como si se estuvieran enfrentando a una de las pruebas más difíciles y decisivas de toda su vida. Y no es así, o no debería. Elegir una carrera profesional, un lugar de vivir, o más aún tu pareja, sí son decisiones trascendentales, que tendrán profundos efectos sobre nuestra vida posterior y por ello es preciso dedicarles tiempo.

Elegir el vestido de la boda es importante, claro que sí; pero si lo pensamos con un poco de raciocinio, ¡no es ni de lejos tan trascendental! Es el atuendo que nos acompañará el día que vamos a ser más fotografiadas. Pero no es cuestión de vida o muerte. Y buscar el vestido "perfecto" es una tarea demasiado complicada, entre otras cosas porque no tendremos medios ni posibilidad de contrastar todos los vestidos del mundo para saber cuál es, efectivamente, el perfecto. Posiblemente nuestro vestido perfecto aún no esté de moda, o se encuentre en la otra punta del globo. Puede ser que debido a nuestro peso el vestido perfecto no nos quede como debería. O puede ser que tenga un presupuesto astronómico. En fin, que el vestido perfecto para nuestra boda, no será técnicamente el más perfecto de todos los que existen, sino el primero que nos haga sentir especiales, el primero con el que nos veamos "como unas novias".


"Vestidito, vestidito, ¿quién es la novia más bella?"

Como truco rápido de novia que ya ha pasado por esta etapa, os diré que sabréis cuál es vuestro vestido cuando una sonrisa radiante se os plante en la cara, y no os la podáis quitar. No siempre se escucha una vocecita interior, como dice la tradición popular, que dice: "ese es tu vestido". No siempre suenan campanas, o nos ponemos a llorar. Pero siempre, sonreímos cuando nos vemos con nuestro vestido de novia y los complementos.

Siguiendo con el tema de por qué considero en parte perverso estos programas, diré que ensalzan una idea que puede resultar muy peligrosa, sobre todo para novias sensibles e influenciables. Y es el hecho de dar demasiada importancia, una importancia vital, al hecho de elegir el vestido de boda o a la boda en sí. Es decir, según estos programas, te pasas toda tu juventud soñando con vivir ese momento. Ese día, eres la protagonista absoluta, tienes derecho a ser mimada, a ser envidiada, a ser adorada. Y cuando pasa ese día... te conviertes en una novia más que como mucho, tendrá derecho a acompañar a otra para que ésta viva "su momento". Y entonces ella será la importante, y no tú. Y así para siempre, por los siglos de los siglos.

A mí este planteamiento me parece algo monstruoso. Es algo así como: sí, tendrás un día en que serás la princesa, la reina, todo el mundo estará por debajo de ti y tú serás la protagonista. Elegirás un traje fabuloso, reiremos contigo, lloraremos contigo. Ese día rozarás las nubes. Puedes prepararte para él durante años. Pero cuando pase ese día... entonces verás lo que es bueno: caerás de ese pedestal sin aviso previo, habrá terminado tu momento de gloria y en el futuro tendrás que conformarte con mirar, con nostalgia, a todas esas mujeres que están pasando por esa experiencia increíble. Pero no desesperes, porque para ellas, la magia durará sólo un día, a lo sumo unas semanas; después tendrá que pasarse a lado de las que viven la experiencia desde la barrera. Su momento dorado también pasará, y puedes regodearte con ello con una insana alegría.





En muchos casos, los mismos trabajadores del programa, critican a una mujer ya casada que acompaña a la novia, porque dá opiniones demasiado negativas (quizás fruto de la amargura que siente) diciéndole "no tiene derecho a aguarle la cita a la novia, ella ya tuvo su momento, ahora es el momento de la novia". Y si esto bien es cierto, repito que ese planteamiento me eriza el vello de los antebrazos. Entonces... ¿sólo tenemos "nuestro momento" una vez en la vida? ¿Debemos soñar con esto antes de que ocurra, y sufrir de nostalgia una vez que haya pasado?

Por este motivo, no me extraña que muchas novias sufran, una vez que ha pasado la boda, lo que se denomina depresión post-boda (en inglés, post-wedding blue). La verdad que hace mucho que tengo ganas de escribir un post sobre esto, porque veo en los foros y en los blogs que es un problema mucho más común de lo que nos parece, pero lo dejaré para una próxima ocasión, que hoy ya llevo un buen rato escribiendo y my darling me ha llamado para cenar.

Y para acabar, una fantasía alocada... Imaginando un mundo muy distinto, creo que estaría mucho mejor montado si en las bodas, o en los preparativos (como lo es elegir tu vestido de novia), los que disfrutaran realmente fueran los invitados. En ese caso, tú sólo tendrías que pasar un ratito un poquito menos agradable el día de tu boda, pero a cambio, pasarías muchos momentos felices en las bodas de los demás, que a fin de cuentas, una acude a muchísimas más bodas que las que celebra. ¿No creéis que estaría mejor así? ;-)

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...