domingo, 28 de abril de 2013

Días muy liados

Y esta vez no son los de una novia en vísperas de su gran día :-)

La verdad es que últimamente ciertos asuntos laborales y de la tesis me llevan de cabeza (sinceramente hay ocasiones en que quisiera renunciar a todo, pero noooo, aquí estoy, resistiendo), tanto que no me queda energía y creatividad para dedicar al blog, no al menos de la forma en que me gusta. Tengo varios posts muy chulos empezados, y en fase borrador, pero me falta "algo más" para darle ese puntito que busco y acabarlos. Supongo que la creatividad, y las ideas, no pueden florecer igualmente bajo cierto agobio y la presión de acontecimientos externos, así que no me queda otro remedio que ser indulgente conmigo misma y dejar que las aguas exteriores se cambien, antes de seguir escribiendo.

Ahora mismo recuerdo el primer aniversario (¡la semana pasada, quiero irme otra vez!) y veo que fue todo un momento de relax, un punto de inflexión... Una estancia de un día en un hotel precioso, y sin muchas pretensiones (turismo muy tranquilo, mucho relax, comimos y cenamos donde "nos iba surgiendo"). Qué necesario es el descanso y el desconectar de todo cada cierto tiempo, permitirse un tiempo en pareja (o en soledad, también podría ser) y dejar el resto de temas personales a un lado. Os agradezco mucho vuestras felicitaciones, me hizo mucha ilusión leerlas en el post anterior :D Y por mi parte... ¡¡me sumo a las que tendrán otras chicas el día de hoy que se casaron hace un año!!.

¡Feliz aniversarioooooo!

Es cierto que un año vuela, sí, pero no es menos cierto que también permite que cambien mucho las cosas. Creo que ése es uno de los síntomas que nos permiten a las parejas saber que estamos "en el buen camino" (si es que en algo tan complejo y tan íntimo como el amor se puede hablar alguna vez de estar en el buen camino): que la relación evoluciona, que hay cambios visibles, que las cosas se mueven y mutan y no se encuentran estancadas.

Las personas rara vez somos estables, cambiamos nuestras expectativas, nuestro estilo, nuestro corte de pelo y nuestra forma de ver la vida cada cierto tiempo. Es lógico pensar que las relaciones también cambian. Hay ciertos aspectos que nos facilitan la convivencia, y otros que la hacen más difícil, asuntos a los que es muy fácil adaptarse, y otros a los que cuesta. Pero lo vivo siempre está en movimiento, y a mí me gusta verlo así.

Durante la preparación de una boda, creo que la relación de pareja también atraviesa varios estados: desavenencias que luego se solucionan; discusiones que sacan a la luz aspectos a los que hay que prestar atención; complicidad que resurge; puntos en común que no se sabía que existían... Os animo a todas las parejas que estéis en este proceso que lo aprovechéis al máximo posible, desde este punto.

Y antes de despedirme... quiero colgar una imagen que me he encontrado esta mañana de forma accidental, mientras buscaba cosas para el trabajo, y que resume el principio que quiero aplicar en mi vida desde hace bastante tiempo, sobre todo a partir de comienzos de este año:



Pues eso... ¡a seguir entrenando mi perseverancia y mi autodisciplina! ¡Tengo que conseguirlo! ¡Mi vida personal y mis sueños dependen de ello! ;-D

Un beso muy fuerte, enhorabuena a las agraciadas con el primer aniversario y a todas... ¡¡Feliz domingo!!

viernes, 19 de abril de 2013

Muy pronto... el primer aniversario

Hace un año, las cosas eran muy, muy distintas.

En un día como hoy, faltaban dos días para que sucediesen un montón de cosas. Yo había pasado una semana muy estresante, pero justo en ese momento, supe eliminar y priorizar cosas, y conseguir ese espacio que necesitaba "para sentirme la novia afortunada y enamorada que quería ser", como leo en el post de aquel día. Vaya, ahora pienso en todo ese estrés de los días previos y me falta un poco el aire :-) Pero tranquilas, queridas novias, que cuando se está dentro, ese estrés no sólo se soporta, sino que se disfruta muchísimo.

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domingo, 14 de abril de 2013

Hacia dónde hay que ir...

Nos dicen que la vida es una carrera hacia adelante (sí, una carrera, con pistoletazo de salida y prisas), o una ascensión como la de una montaña, llena de peligros.

Un paso más, y luego el siguiente, y el siguiente, y seguir subiendo, escalando, siempre hacia arriba...

Y yo me pregunto ¿Pero hacia dónde? ¿Qué hay al final de todo eso? (de esa carrera que se supone que es la vida, o de esa montaña)

Y sobre todo ¿hasta cuándo hay que seguir avanzando? ¿hay algún momento en que se nos permita parar?


La promesa resuena en mis oídos, esa promesa que hoy en tiempos de crisis ya no se ve tan clara, pero que antes sí lo era: tienes que aprovechar el tiempo, no desperdiciarlo, llegar lejos, ascender...

Aprovechar el tiempo... ¿qué es? ¿Gastarlo en estudiar lo que otros te dicen que estudies? ¿Que trabajes sin descanso para que otros ganen más dinero, otros que seguramente no saben muy bien cómo gastarlo? ¿Aprender dos idiomas más, una nueva actividad física, arte, música, todo para estar siempre "mejor formado" aun sin saber muy bien para qué?

jueves, 11 de abril de 2013

Nuevas voces, historias de bodas

Este blog está cambiando y mutando poco a poco. A veces soy yo quien propongo conscientemente los cambios (por ejemplo, el cambio en el aspecto), y otras simplemente me dejo llevar por lo que me apetece en cada momento (como artículos de desarrollo personal ¡en un blog de bodas!).

El caso es que hace unas semanas se me ocurrió la idea de incorporar algunas historias interesantes o emotivas de las lectoras de este blog, cosas que me han llegado al correo, o bien historias de gente que conozco (en el mundo real o virtual) que, opino, merecerían ser compartidas con el resto del mundo.

Me dije que me encantaría que otras personas colaborasen conmigo, compartiendo sus opiniones, vivencias y puntos de vista. Y que quería hacer esta propuesta extensible a quienes habitualmente u ocasionalmente me leen: por lo tanto, si quieres contar algo, si crees que va a ayudar a los demás o te va a desahogar a ti, pues hazlo. Comparte tu historia, danos ideas, comenta en el blog. O ve más allá: escribe una carta o un artículo que se pueda publicar.

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lunes, 8 de abril de 2013

No es nuestra única oportunidad.

Hace unos momentos leía este artículo de A practical wedding, cuyo título me ha impactado (This isn't your last change). Habla de ese consabido tema que las ya casadas conocemos bien (porque lo hemos experimentado en nuestra propia piel) y las futuras novias piensan de vez en cuando:

¿El día de la boda es MI día o NUESTRO día? Puesto que es sólo una vez en la vida (o eso queremos la mayoría), ¿tiene que ser y salir todo perfecto?

¿Qué pasa si elijo algo "incorrecto" o que luego no me gusta?

¿Qué pasa si al año de casarnos voy a una boda, o la veo por Internet, y pienso con nostalgia que ha sido más bonita que la mía?

¿Qué pasa si una vez casada, descubro el que sería mi vestido perfecto, las ideas más geniales para los invitados, el videógrafo o fotógrafo de bodas que hace justo lo que yo quería y en su momento no encontré?

miércoles, 3 de abril de 2013

La vida bohemia

Siempre ha ejercido sobre mí una fascinación inexplicable la vida libre y bohemia. Con esto me refiero a una forma de vivir en la que la espontaneidad, el arte, la falta de normas, la sorpresa y las aventuras varias forman parte del día a día.

Buscando por Internet apuntes sobre la vida bohemia, y definiciones algo menos románticas que la mía me encuentro con cosas como estas:

"La vida bohemia es aquella vida despreocupada que busca la alegría de vivir, los placeres mundanos y las compañías agradables. El término nació a partir de los gitanos que provenían de Bohemia (en la actual República checa) y que fueron a Francia a vivir. La gente bohemia vivía la noche, en los salones, en los cafés y en los bulevares de la ciudad de París." (visto aquí)

París, la noche, los boulevares, las compañías cultas y divertidas... ¿no os parece que este cielo gris que tenemos hoy se va desencapotando al mencionar estas cosas?


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